Es recién a partir de 1954, como resultado del "Plan Inmediato de la Revolución Nacional", que busca sustituir las importaciones de diez productos que constituían el 58% de las importaciones nacionales: azúcar, ganado, productos lácteos, grasas comestibles, aceites vegetales, arroz, harina de trigo y trigo, algodón en rama y maderas; que se produce la incorporación de Santa Cruz hacia el mercado andino y las políticas gubernamentales.
El éxito del Plan se dio porque contaba con lo que llamamos ahora, una cadena productiva completa: Existía el mercado en occidente y se construyo hacia Santa Cruz la infraestructura de transporte que faltaba, también se establecieron los estímulos para la producción: se construyen los ingenios azucareros y arroceros, un centro para la investigación agropecuaria, servicios de maquinaria agrícola, y estaba la tierra sobre la cual no había presión ni conflictos. Y sobre todo, la respuesta de la gente que se arriesga y se empeña en trabajar y producir buscando su bienestar y prosperidad.
Esta su historia y práctica social y económica fue moldeando la ideología de los cruceños, la que se construye conservando sus tradiciones típicas de hombre de los llanos: religiosidad, familia, alegría, amistad y atesorando los principios de libertad, iniciativa personal y propiedad privada.
El cruceño busca permanentemente alternativas productivas y con una actitud pragmática mantiene su mente abierta a la modernidad y la universalidad. En esta nación de la llanura se gana el prestigio y reconocimiento social como producto del éxito económico, profesional o artístico, al margen del origen étnico o social.
El éxito del Plan se dio porque contaba con lo que llamamos ahora, una cadena productiva completa: Existía el mercado en occidente y se construyo hacia Santa Cruz la infraestructura de transporte que faltaba, también se establecieron los estímulos para la producción: se construyen los ingenios azucareros y arroceros, un centro para la investigación agropecuaria, servicios de maquinaria agrícola, y estaba la tierra sobre la cual no había presión ni conflictos. Y sobre todo, la respuesta de la gente que se arriesga y se empeña en trabajar y producir buscando su bienestar y prosperidad.
Esta su historia y práctica social y económica fue moldeando la ideología de los cruceños, la que se construye conservando sus tradiciones típicas de hombre de los llanos: religiosidad, familia, alegría, amistad y atesorando los principios de libertad, iniciativa personal y propiedad privada.
El cruceño busca permanentemente alternativas productivas y con una actitud pragmática mantiene su mente abierta a la modernidad y la universalidad. En esta nación de la llanura se gana el prestigio y reconocimiento social como producto del éxito económico, profesional o artístico, al margen del origen étnico o social.